Si estás por jubilarte y te falta historial de cotización en el IMSS, pagar o comprar semanas en la Modalidad 40 puede ser tu mejor inversión. Esta figura legal permite a miles de mexicanos incrementar su pensión de forma legítima.
Pero ¿qué significa exactamente “pagar o comprar semanas”? ¿Quién puede hacerlo y cuánto cuesta? Aquí te explico todo eso, con datos oficiales del IMSS y ejemplos reales para tomar decisiones informadas.
Pagar semanas cotizadas en la Modalidad 40 del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) significa inscribirse a la Continuación Voluntaria en el Régimen Obligatorio, una opción que te permite seguir cotizando al IMSS por tu cuenta después de dejar un empleo formal.
No necesitas patrón. Tú decides cuánto cotizar y por cuánto tiempo, siempre dentro de los límites establecidos por el Instituto.
Este esquema es exclusivo para quienes comenzaron a trabajar antes del 1 de julio de 1997, es decir, bajo la Ley del 73, y tiene como objetivo elevar la pensión final al aumentar tanto el número de semanas como el salario base de cotización.
Para pagar semanas en 2025, necesitas cumplir con tres condiciones:
Si cumples con esos requisitos, puedes iniciar el trámite directamente en el IMSS. Esta continuidad te permite sumar semanas incluso si ya no trabajas formalmente.
Significa pagar de forma retroactiva hasta 260 semanas (el equivalente a cinco años) si han pasado desde tu baja y no las cotizaste en su momento.
Este derecho está previsto en la ley y no implica ilegalidades ni simulaciones: el IMSS te permite cubrir ese periodo si estás dentro del plazo legal.
Así, “comprar semanas” es el término coloquial que se refiere a este mecanismo. Se hace mediante el pago voluntario de cuotas, calculadas según el salario que tú elijas declarar.
La UMA (Unidad de Medida y Actualización) tiene un valor diario de 113.14 pesos mexicanos. A partir de ello, el IMSS establece que:
Ejemplo real:
Si decides cotizar con el máximo permitido (25 UMAs), cada semana te cuesta aproximadamente 2,643 pesos. Entonces, comprar 260 semanas costaría poco más de 687 mil pesos mexicanos.
Esto puede pagarse en una sola exhibición o en parcialidades mensuales, dependiendo de la estrategia que más te convenga.
Escenarios reales
Caso 1: Te faltan semanas. Si tienes 450 semanas y necesitas al menos 500 para jubilarte, puedes pagar las 50 que faltan bajo esta modalidad y alcanzar el requisito legal.
Caso 2: Ya tienes 500 semanas, pero cotizaste con sueldos bajos. Puedes cotizar los últimos años con un salario alto para elevar el promedio y recibir una mejor pensión.
El beneficio puede ser la diferencia entre recibir una pensión básica o una pensión de 20,000 pesos mensuales o más, según el promedio salarial.
Consulta tus semanas cotizadas en el IMSS.
Verifica que cumples los requisitos:
Revisa que hayas trabajado antes de 1997, tengas al menos 52 semanas recientes y no hayas estado más de 5 años sin cotizar.
Junta tus documentos:
Necesitarás CURP, NSS, INE, comprobante de domicilio y un escrito libre solicitando la inscripción.
Acude al IMSS.
Define el salario base que vas a declarar, entre tu último salario y el máximo (25 UMAs).
Decide si pagarás de forma mensual o en una sola exhibición. Ambas son válidas.
Ahora bien, el valor de la UMA se actualiza cada febrero. Si te inscribes antes, puedes aprovechar el valor actual y evitar aumentos en el costo mensual.
No. El límite legal es de 260 semanas retroactivas.
No. El salario base debe ser igual o superior al último registrado.
Pierdes el derecho a inscribirte. Tendrías que cotizar nuevamente con un patrón para reactivar tu cuenta.
No. Si cumples con los requisitos y sigues bajo esa ley, se mantiene tu derecho.
Ahora que ya conoces lo que significa comprar o pagar semanas cotizadas bajo la Modalidad 40, una herramienta legal, respaldada por el IMSS, puedes cambiar el rumbo de tu pensión. Antes de tomar la decisión, analiza tu situación, calcula tu proyección y actúa con estrategia. Pagar semanas puede ser la mejor inversión de tu vida.
Javier Ramírez es periodista financiero especializado en economía digital, inteligencia artificial, fintech e inversiones personales. Coordinador Editorial de DeDinero.