Ninguna inversión está libre de riesgo y eso lo sabe todo inversor, pero ¿qué pasa en el caso de las criptomonedas, cuáles son sus principales riesgos y beneficios?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que los criptoactivos pueden representar riesgos significativos para la estabilidad financiera. No evaluar adecuadamente estos riesgos podría tener consecuencias graves.
Los ejemplos más populares de criptomonedas son: Bitcoin, Ethereum, Litecoin. A diferencia de las monedas tradicionales, las criptomonedas no están respaldadas por ningún gobierno o institución financiera.
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Cada vez más personas están interesadas en invertir en ellas, pero considera que en México el Banco de México (Banxico), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) han determinado que ninguna de las instituciones que participan en el sistema financiero nacional podrá hacer uso o deberá permitir operaciones de ninguna clase a través de este medio de pago.
En el caso del Bitcoin, este se ha convertido en una moneda global digital que desafía el sistema financiero existente. Su difusión internacional y el rápido aumento de su valor incitaron a muchas personas a invertir en esta.
Aunque ofrece grandes oportunidades, las criptomonedas son un mercado aun nuevo e inmaduro y por ende los peligros están latentes y en desarrollo.
Es de suma importancia, como en cualquier inversión, conocer los riesgos que implica invertir en criptomonedas porque es un instrumento con una alta volatibilidad ya que el precio de estas se determina en gran medida a través de la oferta y la demanda.
Al ser valores especulativos con precios tan volátiles, existe el riesgo de que no cuenten con la liquidez necesaria para afrontar los retiros masivos de los inversores sin que esto afecte.
La falta de reconocimiento gubernamental, la variación constante en su precio, y la falta de aceptación entre las masas, son factores que impiden que las criptomonedas dejen de ser objetos especulativos para convertirse en dinero.
También al ser activos no regulados requieren intermediarios para su transacción y estos pueden no ser los más indicados, y ser fachadas de fraudes o tener deficiencias en sus sistemas de ciberseguridad que acabarán en el robo de las billeteras digitales de los usuarios.
A diferencia de otros activos financieros, los inversores pueden operar en el mercado de criptomonedas durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Así las transacciones tienen lugar en el momento en el que el usuario decide comprar o vender dichos activos.