Desde este 14 de julio, Estados Unidos impone de nuevo un arancel antidumping del 17.09% a las importaciones de jitomates frescos provenientes de México, tras la cancelación oficial del Acuerdo de Suspensión firmado en 2019.
La decisión, basada en la cláusula XI.B del acuerdo, se notificó con 90 días de anticipación y marca un cambio drástico en el comercio binacional de productos agrícolas.
El acuerdo regulaba las exportaciones mexicanas de jitomate hacia Estados Unidos, evitando la imposición de aranceles bajo ciertas condiciones de precio y volumen. Su cancelación reactiva medidas proteccionistas que estaban pausadas desde hace seis años.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos notificó el 14 de abril su intención de dar por terminado el acuerdo, argumentando que las condiciones actuales ya no garantizaban competencia justa para los productores locales. El plazo de 90 días se cumplió hoy 14 de julio.
Las exportaciones mexicanas podrían reducirse hasta un 5% en 2025, según estimaciones de FreightWaves.
El precio al consumidor en Estados Unidos subiría entre 8.5% y 10%, afectando salsas, ensaladas y productos procesados.
Empresas exportadoras anticipan aumentos de precios cercanos al 10% en sus líneas de productos.
Agricultores de estados como Sinaloa, Baja California y Michoacán podrían perder contratos y reducir producción.
Paradójicamente, esta medida que golpea a los exportadores podría representar una pequeña ventana de oportunidad para el consumidor mexicano: si parte del jitomate destinado a Estados Unidos se queda en el país, las centrales de abasto podrían registrar precios más bajos por sobreoferta.
Y como vivimos en un país donde el jitomate es ingrediente esencial en decenas de platillos, aprovechar el producto local no solo sería sabroso, sino también solidario.
El jitomate es el segundo producto agrícola más exportado por México. En 2024, las ventas de jitomate mexicano a Estados Unidos superaron los 3,120 millones de dólares, lo que representa el 70% del consumo estadounidense de este producto fresco, de acuerdo con un informe de la Universidad Texas A&M, basado en datos del USDA (United States Department of Agriculture).
Evalúa costos logísticos y opciones de exportación alternativa.
Considera alianzas regionales para acceder a nuevos mercados.
Mantente informado sobre avances legales o comerciales ante la OMC.
Espera aumentos en precios en supermercados y restaurantes.
Busca productos etiquetados como locales o de temporada.
Considera sustitutos en platillos habituales si el precio se vuelve elevado.
El 14 de julio, tras cumplirse el aviso de 90 días emitido por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
El arancel antidumping es del 17.09% para la mayoría de los exportadores mexicanos.
Es una medida que busca evitar que productos extranjeros se vendan a precios por debajo del costo para dañar a productores locales.
No necesariamente. Puede ser revertido mediante negociaciones o tras resoluciones de organismos internacionales.
El fin del Acuerdo de Suspensión de 2019 marca un cambio importante en la relación comercial entre México y Estados Unidos. Si bien la medida protege a ciertos productores estadounidenses, también genera distorsiones de precios, riesgos inflacionarios y posibles afectaciones en el empleo mexicano.
El desafío inmediato es doble: proteger a los productores mexicanos mientras se mantienen abiertas las vías diplomáticas para resolver la situación sin afectar la integración agroalimentaria de la región.
En medio de la noticia del arancel antidumping del 17.09% a las importaciones de jitomates frescos provenientes de México, la ventaja es que la presidenta Claudia Sheinbaum es muy diplomática y con una lógica de solución de conflictos basada en la paz y la cooperación.
Javier Ramírez es periodista financiero especializado en economía digital, inteligencia artificial, fintech e inversiones. Coordinador Editorial de DeDinero.