Nunca es tarde para poner en orden tus finanzas, tomar el control de tu dinero y lograr tus metas con un presupuesto y ahorro verdaderos.

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros () especifica que un presupuesto es una estrategia de cómo darle buen uso al dinero que recibes y que te proporciona ventajas financieras.

Con un tienes el control de tu dinero porque podrás determinar tus ingresos y planear tus gastos.

Te ayuda a identificar los gastos necesarios y evitas los que son innecesarios. De esta forma podrás eliminar los llamados gastos hormiga.

Con el presupuesto conoces tus posibilidades de ahorro para lograr tus metas, ya sea a corto, mediano o largo plazo, y hasta puedes crear un fondo para emergencias.

También puedes determinar tu capacidad de endeudamiento o de pago, en caso de que quieras solicitar o acceder a posibles créditos.

¿Cómo crear un presupuesto?

No requieres ser un contador o administrador para lograr hacer un presupuesto personal, comienza haciendo un hábito financiero.

Primero, puedes realizar una lista de todo el dinero que recibes, ya sea por salario, ventas, comisiones o por una pensión.

Después haz otra lista donde anotes tus gastos fijos, los que no puedes dejar de pagar, como la renta, agua, luz, Internet, despensa, suscripciones mensuales, pago de tarjetas, colegiaturas y más.

Ya con ambas listas terminadas, puedes restar tus gastos al total de tus ingresos. Condusef nos da un ejemplo: si tus ingresos son mil pesos y tus gastos 800, lo que resta son 200 pesos, esa es tu capacidad de ahorro o lo que puedes pagar si contratas un crédito.

Hay un modelo que te puede ayudar a crear fácil y rápido un presupuesto, es el modelo 50-30-20, que consiste en que un 50 por ciento de tu sueldo debes destinarlo al pago de tus gastos, un 30 por ciento a darte un gusto de vez en cuando y el 20 por ciento restante para hacer ahorro o inversiones.

Pero si tus gastos son muchos o no se adaptan a tu estilo de vida, puedes mover los porcentajes y destinar, por ejemplo, un 60 por ciento para pagos, 20 por ciento a gustos y 20 por ciento al ahorro.

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