Hablar de dinero en México va más allá de las cifras. Detrás de cada número de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024 del INEGI, o de los reportes del CONEVAL sobre pobreza laboral, hay historias reales donde los mexicanos narran lo que significa vivir con sus ingresos.
Hoy te comparto un resumen de ambos mundos: las estadísticas oficiales y 10 arquetipos de mexicanos que, con testimonios públicos, ilustran las realidades financieras del país.
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El INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) reportó que en 2024 el ingreso corriente total promedio por hogar fue de 81,920 pesos trimestrales. Pero esta cifra esconde una enorme desigualdad: mientras el 10% más rico del país acumula ingresos que superan varias veces los del 10% más pobre, millones de trabajadores siguen dependiendo de salarios cercanos al mínimo o de ingresos informales.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) ha advertido que la pobreza laboral sigue afectando a una parte importante de la población, lo que significa que, aun teniendo empleo, los ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica alimentaria.
En videos y reportajes, así como en entrevistas hechas por el equipo de DeDinero, jóvenes y adultos muestran cómo, incluso con los aumentos al salario mínimo, es difícil cubrir gastos de vivienda, transporte y educación en ciudades como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara.
Su vida está marcada por la renta, el transporte y el gasto en comida. En YouTube y TikTok circulan experimentos de periodistas y creadores intentando vivir con un salario mínimo durante un mes, concluyendo que el dinero no alcanza para más que lo básico.
Vendedores ambulantes, repartidores o freelancers viven con ingresos variables e inciertos. Un buen día pueden ganar lo de dos o tres, pero un mal mes los deja endeudados. La falta de prestaciones los vuelve altamente vulnerables.
Pensiones, programas sociales y remesas son la base de millones de hogares. Estas familias muestran en entrevistas que, aunque logran cierta estabilidad, su ingreso depende de factores externos que no controlan.
Con un título universitario pero un sueldo inicial modesto, enfrenta un mercado inmobiliario prohibitivo. Muchos comparten vivienda y postergan la compra de casa propia, lo que se refleja en testimonios que circulan en foros y redes.
Sus testimonios reflejan que la pensión apenas alcanza para medicamentos y comida. Muchos dependen de hijos o nietos para sobrevivir.
Las transferencias desde Estados Unidos permiten pagar escuela y mejorar vivienda. Los datos oficiales muestran que las remesas son hoy un pilar económico nacional y una tabla de salvación para millones de hogares rurales y urbanos.
Puede ahorrar, invertir en Afores o comprar un auto. Sin embargo, en redes sociales abundan testimonios de esta clase que también siente presión por el aumento del costo de vida y teme “caer” ante una crisis.
Sus ingresos dependen de las cosechas y del clima. En entrevistas abiertas, campesinos han narrado que la sequía o lluvias intensas pueden borrar de un plumazo el ingreso de todo un año.
Aunque la ley reconoce sus derechos, muchos hogares aún no formalizan sus empleos. Sus ingresos siguen siendo bajos y sin seguridad social. Testimonios en medios revelan jornadas largas y falta de estabilidad.
Combina ventas por catálogo, freelancing, apps y remesas. Estos perfiles reflejan resiliencia financiera: diversifican para no depender de una sola fuente, aunque rara vez logran construir un ahorro sólido.
La realidad financiera mexicana se entiende mejor si se cruzan estadísticas oficiales con historias humanas.
Esta brecha entre el promedio y las realidades individuales es importante para entender cómo los mexicanos vivimos el dinero. En nuestro país, la situación financiera no es una, sino muchas, y las 10 realidades que aquí exploramos lo demuestran. Detrás de cada cifra, de cada decil y de cada reporte, hay rostros, preocupaciones y sueños que definen este presente económico. Acerca del autor: Javier Ramírez es periodista financiero especializado en economía digital, inteligencia artificial, fintech, negocios e inversiones; escribe todos los días en DeDinero de El Universal.