Imagina que alguien no pudo seguir pagando su crédito hipotecario y el banco, como dueño legal de la deuda, toma acción para recuperar el dinero prestado.
Es ahí cuando la propiedad entra en remate bancario, un proceso legal en el que la vivienda se vende a un precio más bajo para recuperar parte del valor del préstamo vencido.
Este tipo de propiedades pueden costar entre un 30% y hasta un 60% menos que el precio de mercado y no porque estén en malas condiciones, sino porque el banco necesita recuperar lo antes posible el dinero que se dejó de pagar.
Para muchas personas, este descuento suena como música para sus finanzas, pero hay que tener los pies bien puestos en la tierra porque no todo lo que brilla es oro.
Primero que nada, debes saber que hay dos etapas clave en los remates bancarios: la etapa judicial y la etapa posesoria. En la primera, la casa aún está habitada por la persona que no ha terminado de pagar su hipoteca. En esta fase, lo que se compra es el derecho litigioso, o sea, el derecho a que cuando el juicio termine, la casa te pertenezca.
En la segunda etapa, llamada posesión, la propiedad ya fue desocupada legalmente y el comprador puede tomarla en menor tiempo. Pero esta fase es menos común y más cara porque ya incluye el costo del desalojo que el banco o el inversionista anterior gestionó.
Una de las cosas más importantes a considerar es que no puedes visitar la vivienda antes de comprarla, al menos en la primera etapa, y tampoco puedes solicitar un crédito hipotecario tradicional para pagarla.
Todo se hace de contado, con anticipos y mediante asesoría legal, ya que estos procesos se dan bajo contratos especializados y requieren tiempo, paciencia y un buen abogado.
Aunque el ahorro puede ser considerable, los riesgos no son menores. Algunos de los más importantes son:
Existen empresas fantasma o intermediarios poco confiables que venden derechos de litigio sin contar con respaldo legal real, por lo que podrías perder tu dinero si no revisas bien
Por eso, aunque hay ventajas como el ahorro en el costo de adquisición, la asesoría legal es clave y siempre debe estar presente para garantizar que lo que estás comprando sea legítimo y que el trámite tenga un final feliz.
Antes de lanzarte, revisa estos puntos clave:
No. En la mayoría de los casos, especialmente en la etapa judicial, no es posible ingresar a la propiedad ya que sigue habitada o está en proceso legal. Esa es una de las principales limitaciones de este tipo de compra.
Depende de la etapa en la que se encuentre. Si está en etapa judicial, el proceso puede tardar desde 6 meses hasta más de 2 años. Si ya está en posesión, puede ser mucho más rápido, pero también más costoso.
Sí. Es completamente legal, siempre y cuando el trámite se haga con entidades reconocidas, con documentos oficiales y bajo la supervisión de un abogado especializado en bienes raíces.
No. Generalmente estos procesos se hacen de contado, ya que los bancos no otorgan créditos para este tipo de operaciones debido a que el inmueble aún no puede garantizar el préstamo.
Algunos remates incluyen propiedades con adeudos en servicios o impuestos. Es importante que investigues estos puntos antes de cerrar el trato, ya que como nuevo dueño tú podrías ser responsable de esos pagos. Acerca de la autora: Itzel Navarrete es una comunicóloga apasionada por el poder de las palabras y la creatividad; escribe sobre finanzas personales en DeDinero.