Cuando revisas tu recibo de nómina y ves el descuento por concepto de IMSS, estás viendo lo que se aporta para cubrir tu seguro social.
Este pago te da acceso a servicios médicos, incapacidades, guarderías e incluso una pensión cuando llegue el momento de retirarte.
Pero, ¿cómo se calcula realmente? Aquí te lo explicamos sin tanto rollo técnico, para que la próxima vez que revises tu nómina no te duela la cabeza.

¿Qué son las cuotas del IMSS?
Primero, debes saber que las famosas cuotas del IMSS son aportaciones que se calculan con base en tu salario y sirven para financiar diferentes seguros y prestaciones que te corresponden como trabajador.
Se dividen en varias ramas, cada una con un porcentaje y un destino específico: seguro de enfermedades y maternidad, seguro de riesgos de trabajo, seguro de invalidez y vida, guarderías y prestaciones sociales, y el seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez.
El pago de estas cuotas se reparte entre el patrón y tú. Así, la carga no recae solo en tu bolsillo, pero sí se refleja en tu recibo. Por ejemplo, en el caso del seguro de enfermedades y maternidad, el patrón cubre la mayor parte y tú pones solo un pequeño porcentaje.
Este concepto es clave, porque no se usa tu salario nominal tal cual para calcular los descuentos. El IMSS toma en cuenta algo que se llama Salario Base de Cotización (SBC), que incluye no solo tu sueldo diario, sino también prestaciones como vales, primas vacacionales y hasta comisiones.
El SBC se determina sumando tu salario diario integrado y otros pagos fijos y variables que recibas. Este salario base es el que sirve para calcular las cuotas y las aportaciones que irán al IMSS.
¿Qué otras deducciones se ven reflejadas en la nómina?
Además de las cuotas del IMSS, debes considerar otras retenciones que aparecen en tu nómina, como el impuesto sobre la renta (ISR), aportaciones al Infonavit y, en algunos casos, descuentos por préstamos o créditos que hayas solicitado.
Todo esto hace que el monto que recibes sea menor al sueldo bruto que viste en tu contrato, pero son conceptos obligatorios y legales.
Aunque duele, este descuento no es un simple recorte sin sentido. Gracias a estas aportaciones, tú y tu familia tienen derecho a servicios médicos, medicamentos, atención hospitalaria, incapacidades por enfermedad o maternidad, guarderías para tus hijos y, más adelante, una pensión cuando llegue el momento de retirarte.
Además, en caso de accidente o enfermedad relacionada con el trabajo, el IMSS cubre los gastos y garantiza atención sin costo. Estas prestaciones son el motivo principal por el cual es obligatorio estar afiliado y pagar estas cuotas, ya que se busca proteger al trabajador y a su familia ante cualquier eventualidad.
¿Qué pasa si no se paga correctamente?
El patrón tiene la obligación de calcular y retener las cuotas del IMSS correctamente. Si no lo hace, puede enfrentar multas o recargos por parte del Instituto. Además, un mal cálculo puede afectar tu derecho a servicios médicos o prestaciones futuras, como tu pensión.
Por eso, siempre revisa tu recibo y asegúrate de que las deducciones estén bien especificadas. Si notas algo raro, acércate al área de Recursos Humanos o contabilidad de tu empresa para que revisen tu caso.
Itzel Navarrete es una comunicóloga apasionada por el poder de las palabras y la creatividad. Escribe de finanzas personales en DeDinero.