El retiro no es solo colgar el gafete o despedirte del reloj checador, también implica tomar decisiones que impactarán directamente en tu bolsillo y calidad de vida.
Por eso, entender las modalidades de pensión que ofrece el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es importante para que ese paso sea lo menos incierto posible.
Desde la reforma del sistema de pensiones en 1997, se implementó el Régimen de Contribución Definida, también conocido como de Cuentas Individuales, donde cada trabajador acumula recursos en su Afore.
Con base en lo que hayas ahorrado, tu edad y semanas cotizadas, podrás acceder a alguna de las siguientes opciones.
Para la Ley 73 aplica si tienes 60 años o más, ya no trabajas, cotizaste ante el IMSS por lo menos 500 semanas y sigues con tus derechos vigentes.
Para la Ley 97 aplica bajo el mismo supuesto pero con diferentes semanas de cotización, en 2025 se requieren al menos 850 semanas cotizadas, cifra que subirá 25 semanas cada año hasta llegar a mil en 2031. Tu pensión se pagará con lo que hayas acumulado en tu Cuenta Individual Afore.
Se debe tener 65 años al momento de presentar su solicitud de pensión, para esta modalidad sólo aplica para las personas que cotizaron antes del 1 de julio de 1997 (Ley 73) y como mínimo 500 semanas de cotización.
También se tiene que haber causado baja en el Régimen Obligatorio de la Ley del Seguro Social y encontrarse dentro del período de conservación de derechos, que será igual a la cuarta parte del tiempo cubierto por sus cotizaciones semanales, contando a partir de la fecha de su baja.
¿Y si todavía no llegas a los 60 pero ya juntaste un buen ahorro? Puedes optar por esta modalidad si tu Afore te permite contratar una renta vitalicia mayor al 30% de la pensión garantizada, luego de pagar la prima del seguro de sobrevivencia para tus beneficiarios.
Es una opción viable si tu historial de aportaciones es sólido. También se solicita haber causado baja en el Régimen Obligatorio de la Ley del Seguro Social y tener registradas ante el IMSS, como mínimo, 1,250 semanas de cotización.
Contratas a una aseguradora y le transfieres tus recursos. A cambio, te paga una pensión de por vida, actualizada cada año. Conservas el derecho a servicios médicos del IMSS y, si te sobra dinero, puedes retirar el excedente.
Lo haces con tu Afore y la pensión depende del saldo acumulado, los rendimientos y tu expectativa de vida. Aquí no hay garantía de pago de por vida: cuando se agotan los fondos, se termina la pensión.
Es la red de seguridad si cumpliste con las semanas de cotización, pero no te alcanza para una renta vitalicia ni para retiro programado.
El IMSS te entregará una negativa de pensión, lo que significa que puedes disponer del total acumulado en tu Afore, pero no tendrás una pensión mensual.
Debes presentar la solicitud de pensión en la subdelegación del IMSS que te corresponde. Si te dan la resolución, acudes a tu Afore para elegir entre las modalidades mencionadas.
Para dudas, puedes llamar al 800 623 23 23, opción 3 (pensionados) o acudir a un Centro de Atención al Público (CAP).
Además, puedes agendar una cita al 55 5062 0555 en CDMX, o desde el interior del país al 800 400 1000 y 800 400 2000, de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 horas y sábados de 8:00 a 16:00 horas.
Recuerda: todos los trámites son gratuitos y el retiro también puede ser una oportunidad para disfrutar lo que con tanto esfuerzo construiste.
La pensión por cesantía aplica desde los 60 años, mientras que la de vejez es a partir de los 65. Ambas requieren semanas cotizadas y saldo en tu Afore.
En ese caso, el IMSS puede darte una negativa de pensión, con lo que podrás retirar el total acumulado en tu Afore, pero no recibirás una pensión mensual.
Puedes consultarlas en el portal del IMSS con tu CURP y número de seguridad social. También puedes pedir asesoría en tu Afore o llamar al 800 623 23 23.
No, es solo para quienes cumplen con las semanas requeridas, pero no alcanzan a contratar otra modalidad por falta de saldo.
Acerca de la autora: Itzel Navarrete es una comunicóloga apasionada por el poder de las palabras y la creatividad; escribe sobre finanzas personales en DeDinero.