La llegada de remesas a México, uno de los principales motores de ingreso externo de nuestro país, atraviesa su fase más prolongada de contracción en una década. Durante seis meses consecutivos, los flujos de dinero enviados por migrantes han caído en comparación interanual, una señal que preocupa tanto a hogares receptores como a autoridades económicas.
Según el Banco de México (Banxico), el fenómeno no parece ser coyuntural: los últimos datos disponibles al cierre de septiembre 2025 muestran una disminución persistente tanto en montos como en número de operaciones.

Remesas: ¿Qué muestran los últimos datos oficiales?
Los ingresos por remesas hacia México sumaron 5,214 millones de dólares en septiembre de 2025, lo que representa una caída interanual del 2.7 %, de acuerdo con Banxico. Entre enero y septiembre de este año, el monto acumulado ascendió a 45,681 millones de dólares, un retroceso del 5.5 % frente al mismo periodo del año anterior.
En cuanto al número de transacciones, se registraron 13.2 millones de envíos, lo que implica una reducción del 4.7 % anual. Aunque el monto promedio por envío aumentó ligeramente a 396 dólares (+2.1 %), no fue suficiente para compensar la caída general.
El 99 % de los recursos llega mediante transferencias electrónicas, consolidando este canal como el dominante. Según BBVA Research, si la tendencia continúa, el total de remesas en 2025 cerraría cerca de 61,000 millones de dólares, un descenso estimado de 5.8 % frente a 2024.
¿Por qué están cayendo las remesas?
Factores externos
El principal origen de las remesas son los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, por lo que las condiciones del mercado laboral estadounidense, la política migratoria y los costos de envío son determinantes.
La incertidumbre migratoria y el temor a deportaciones han reducido el número de envíos. Algunos migrantes priorizan ahorrar o transferir menos debido al mayor costo de vida en Estados Unidos. Las comisiones bancarias y tipos de cambio desfavorables también desincentivan el flujo constante.
Factores internos
Dentro de México, la caída refleja un menor poder adquisitivo de las familias receptoras y menor frecuencia de envío. Aunque el monto promedio se mantiene, el número de beneficiarios activos ha disminuido, afectando directamente al consumo familiar en comunidades dependientes de estas remesas.
Persistencia del descenso
El retroceso de seis meses consecutivos sugiere un cambio estructural y no un simple ajuste temporal. Expertos del sector financiero advierten que, si la tendencia continúa en el último trimestre de 2025, podría marcar el fin del ciclo expansivo de remesas que se consolidó tras la pandemia.
¿A quiénes afecta más este retroceso?
El impacto no se distribuye de manera uniforme:
Hogares receptores
Las familias que dependen de remesas para gastos de consumo, educación o salud enfrentan reducción en su presupuesto. En algunos casos, esto obliga a ajustes drásticos en sus finanzas.
Comunidades migrantes
Estados como Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Zacatecas y Chiapas son los más expuestos, ya que las remesas representan una proporción elevada del ingreso local.
Economía nacional
A nivel macroeconómico, las remesas son una fuente importante de divisas y un amortiguador social frente a crisis internas. Su caída reduce el consumo doméstico y puede enfriar el crecimiento económico en este 2025.
¿Qué implica para la economía mexicana?
Impacto en consumo doméstico: Las familias receptoras suelen destinar las remesas a bienes básicos, educación o servicios. Su reducción puede debilitar la demanda interna, uno de los motores del PIB.
Divisas y tipo de cambio: Las remesas aportan una parte considerable de los dólares que ingresan al país. Una reducción sostenida podría presionar el tipo de cambio, aunque Banxico no observa aún señales de vulnerabilidad financiera.
Crecimiento económico: La menor inyección de remesas coincide con un crecimiento moderado previsto para este año. Las estimaciones señalaban que la economía mexicana crecería entre 1.8 % y 2.2 %, sin impulso adicional por consumo.
Política pública y social: El Gobierno federal y los estados podrían implementar medidas compensatorias, como programas de empleo temporal en zonas de alta migración, incentivos al ahorro y microcrédito para hogares receptores, así como el fortalecimiento de redes de inclusión financiera en comunidades rurales.
¿Qué se espera para finales de 2025 e inicios de 2026?
Las proyecciones de BBVA Research apuntan a un cierre de 2025 con 61,000 millones de dólares en remesas, 5.8 % menos que en 2024.
Para 2026, el comportamiento dependerá de tres factores: Empleo migrante en Estados Unidos, Costos y regulaciones de envío internacional y Políticas mexicanas de apoyo y educación financiera.
Si mejora el entorno laboral y se reducen los costos de transferencia, el flujo podría estabilizarse o revertir su caída. De lo contrario, México podría enfrentar un nuevo equilibrio más bajo en los próximos años.
Cómo pueden los hogares receptores enfrentar la tendencia a la baja de las remesas
Revisar el presupuesto familiar: priorizar gastos esenciales y reducir los prescindibles.
Diversificar ingresos: buscar empleos locales, emprendimientos o actividades complementarias.
Ahorro e inversión: destinar parte de las remesas a instrumentos financieros seguros, como cuentas de ahorro o de inversión, como los CETES. Aquí te explico más: Rendimientos de CETES en noviembre 2025, así puedes crecer tu dinero por encima de la inflación.
Mantenerse informados: seguir los reportes de Banxico y BBVA Research para anticipar cambios y planificar mejor.
1. ¿Por qué bajaron las remesas en 2025?
Principalmente por una disminución en el número de envíos, condiciones migratorias más complejas y debilitamiento del mercado laboral de los mexicanos en el extranjero.
2. ¿La caída afecta a todos los estados por igual?
No. Los más afectados son los estados del sur y centro del país, donde las remesas representan una parte importante del ingreso familiar.
3. ¿México sigue recibiendo muchas remesas?
Sí, aunque el monto sigue siendo alto, la tendencia es de descenso: entre enero y septiembre de 2025, el flujo cayó 5.5 % respecto a 2024.
4. ¿Qué pueden hacer las familias para protegerse?
Ajustar gastos, diversificar ingresos, ahorrar una parte de las remesas y mantenerse informadas sobre tipo de cambio e inflación.
5. ¿Puede revertirse la tendencia?
Sí, pero dependerá de la recuperación del empleo migrante, menores costos de envío y nuevas políticas de inclusión financiera.
Las remesas hacia México cayeron 2.7 % interanual en septiembre 2025, con seis meses consecutivos de descensos, según Banxico. El acumulado enero – septiembre fue de 45,681 millones de dólares, 5.5 % menos que en 2024. La tendencia responde a lo que todos hemos visto: mayor incertidumbre migratoria, menor empleo en Estados Unidos y aumento en costos de envío. BBVA Research prevé un cierre de 2025 con 61,000 millones de dólares, un descenso de 5.8 %. El impacto afecta principalmente a familias del sur del país y podría reducir el consumo interno y presionar las divisas en 2026; se recomienda a los hogares diversificar ingresos, ahorrar y monitorear los informes del Banxico. Acerca del autor: Javier Ramírez es periodista financiero especializado en economía digital, inteligencia artificial, fintech, negocios e inversiones; escribe todos los días en DeDinero de El Universal.
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