La inseguridad ha sido una de las principales preocupaciones en México durante décadas. Desde calles que se evitan al anochecer hasta comercios que cierran temprano, la sensación de riesgo ha marcado el día a día de millones de personas.
Sin embargo, también existen lugares donde la vida transcurre con mayor calma, donde las familias pueden salir sin tanto temor y donde la confianza en el entorno se convierte en un pequeño lujo cotidiano.
Así lo revela la más reciente edición de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada en abril de 2025 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que identifica a las ciudades donde los mexicanos se sienten más seguros.

¿En que se basa la encuesta?
Se basa en la percepción de los ciudadanos mayores de 18 años respecto a su entorno, es decir, no mide directamente cuántos delitos ocurren, sino cómo se siente la gente al caminar por sus calles, al salir de casa o al usar el transporte público.
La importancia de esta encuesta radica en que la seguridad también es un tema emocional, una construcción social que influye en la calidad de vida, la movilidad, el desarrollo económico y hasta la salud mental.
San Pedro Garza García actualmente la más segura
En esta edición correspondiente al primer trimestre de 2025, San Pedro Garza García, Nuevo León, volvió a posicionarse como la ciudad donde la gente se siente más segura.
Apenas el 10.4% de sus habitantes dijo sentirse inseguro, lo que significa que casi 9 de cada 10 personas tienen confianza en su entorno. Este municipio, ubicado en el área metropolitana de Monterrey, ha mantenido históricamente buenos niveles de percepción ciudadana y hoy encabeza la lista a nivel nacional.
Le sigue la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México
Donde el 15.2% de los encuestados reportó sentirse inseguro. Esta demarcación capitalina destaca por sus espacios públicos bien cuidados, el acceso a servicios y un entorno con menor presencia de violencia, lo que le permite conservar uno de los niveles más bajos de percepción negativa en todo el país.
En tercer lugar se encuentra Piedras Negras, Coahuila
Con una percepción de inseguridad del 18.1%. Esta ciudad fronteriza ha sorprendido por sus avances en temas de vigilancia, infraestructura y fortalecimiento del tejido social, colocándose como un ejemplo de cómo las políticas locales pueden transformar realidades.
El resto del listado lo completan otras ciudades como Cuajimalpa de Morelos, también en la Ciudad de México, Saltillo en Coahuila, Los Cabos en Baja California Sur, Tampico en Tamaulipas y Puerto Vallarta en Jalisco.
Todas estas urbes presentan niveles de percepción de inseguridad por debajo del promedio nacional, que es de 61%, lo cual refleja que, aunque el país enfrenta grandes retos, también hay espacios donde el miedo no es protagonista.
Pero ¿por qué es importante hablar de percepción y no solo de cifras duras?
Porque la seguridad no solo se mide con estadísticas de robos o homicidios. Si una persona tiene miedo de salir por la noche, evita ciertos lugares o limita sus actividades por temor, su calidad de vida se ve directamente afectada.
La percepción de seguridad influye en la manera en que nos movemos, en las decisiones de consumo, en el turismo, en las inversiones y hasta en los proyectos de vida que las familias se animan a planear.
Los resultados del INEGI muestran que la tranquilidad no es exclusiva de ciudades pequeñas o alejadas, sino que puede lograrse también en zonas urbanas densamente pobladas, siempre y cuando haya voluntad política, inversión en infraestructura, participación ciudadana y estrategias coordinadas entre autoridades y sociedad.
Modelos a replicar
Los resultados permiten detectar buenas prácticas que podrían replicarse en otras ciudades. En Benito Juárez, por ejemplo, se ha apostado por un modelo de policía de proximidad, mayor presencia en zonas clave, recuperación de espacios públicos y estrategias de iluminación que inciden directamente en la sensación de control.
En San Pedro Garza García, el enfoque ha estado en la inversión tecnológica, cámaras de videovigilancia, fortalecimiento institucional y un tejido vecinal activo. Si tienes la fortuna de vivir en alguna de estas ciudades, valóralo. Y si no, que estos datos sirvan como inspiración para exigir cambios y construir, desde lo local, un México más seguro para todos.