Los fraudes financieros han encontrado terreno fértil entre las personas adultas mayores. No se trata solo de engaños telefónicos o correos falsos, sino de abusos que a veces provienen de alguien cercano, como un vecino, un supuesto amigo o incluso un familiar.
Esta realidad encendió las alarmas en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y en la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), que recientemente unieron esfuerzos para ofrecer orientación práctica a quienes más lo necesitan: las y los adultos mayores que quieren cuidar su dinero, pero no siempre saben cómo hacerlo en un mundo cada vez más digital.
El comunicado oficial, publicado el 15 de octubre, destaca que el objetivo de ambas instituciones es empoderar a las personas mayores para que reconozcan los riesgos y aprendan a protegerse de estafas. Los delincuentes suelen aprovechar la falta de experiencia tecnológica de este grupo para manipularlos, controlar su dinero o incluso acceder a sus cuentas bancarias sin su consentimiento.
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Tecnología a su ritmo: el primer paso para evitar fraudes
La Profeco y la Condusef coinciden en que aprender a usar la tecnología no tiene edad. Existen talleres gratuitos, videos en línea y cursos presenciales donde las personas mayores pueden practicar el uso de cajeros automáticos, la banca en línea, las aplicaciones móviles y los teléfonos inteligentes sin presión y con acompañamiento.
Aprender poco a poco permite que la tecnología deje de ser un obstáculo y se convierta en una aliada. Aplicaciones bancarias con reconocimiento facial, alertas de movimientos y notificaciones automáticas son herramientas útiles para detectar cualquier actividad sospechosa.
Ambas instituciones recomiendan no compartir contraseñas, NIP ni datos bancarios, y mucho menos firmar documentos sin leerlos o sin la presencia de alguien de confianza. Un detalle aparentemente pequeño, como responder un mensaje sospechoso o aceptar una llamada desconocida, puede ser la puerta de entrada a un fraude.
La confianza, un arma de doble filo
El comunicado también pone sobre la mesa un tema sensible: los abusos de confianza. A veces, quien comete el fraude no es un desconocido. Puede tratarse de un familiar o conocido que “ayuda” con los trámites financieros, pero que termina apropiándose del dinero o haciendo movimientos sin autorización.
La Condusef subraya que todas las personas adultas mayores tienen derecho a tomar sus propias decisiones financieras, siempre con apoyo claro, honesto y sin manipulación. Nadie puede controlar sus cuentas o tarjetas sin su consentimiento. Si un familiar pide la tarjeta “para hacer un pago” o no permite revisar los estados de cuenta, eso ya es una señal de alerta.
¿Qué hacer si sospechan que fueron víctimas de un fraude o abuso financiero?
Lo primero es comunicarse directamente con su banco o con la Condusef al teléfono 55 5340 0999. También pueden acudir a las oficinas de Profeco para recibir orientación legal gratuita y denunciar el caso.
¿Dónde pueden encontrar más información y apoyo?
En los portales oficiales de Profeco (www.gob.mx/profeco) y Condusef (www.gob.mx/condusef), así como en la Revista del Consumidor de octubre 2025, que dedica un especial a la protección financiera de adultos mayores. Acerca de la autora: Itzel Navarrete es periodista financiera apasionada por el poder de las palabras y la creatividad; escribe todos los días en DeDinero de El Universal.
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