El trabajo no debería estar por encima de la dignidad humana. Bajo esta premisa, legisladores de la Ciudad de México presentaron una iniciativa para reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT) y reconocer legalmente las llamadas “horas personales remuneradas”.
La idea es otorgar a cada empleado hasta ocho horas anuales pagadas que puedan utilizar para asuntos médicos, escolares, familiares o personales que requieran atención inmediata y que, por lo general, obligan a los trabajadores a pedir permisos sin goce de sueldo o a negociar con sus empleadores.
Esta propuesta surge como un intento por actualizar las leyes laborales a las realidades sociales, donde el equilibrio entre vida personal y trabajo cada vez cobra más importancia.

¿Cómo funcionarían las horas personales?
Según el planteamiento, estas 8 horas estarían disponibles para todos los trabajadores y no tendrían que ser justificadas en exceso. El objetivo es que sirvan para imprevistos, como llevar a un familiar al médico, asistir a una cita personal o atender trámites urgentes.
La idea es que las empresas reconozcan que la productividad no depende únicamente del tiempo físico en la oficina o en el puesto, sino también del bienestar emocional y personal de los empleados. Si un trabajador tiene la tranquilidad de resolver un asunto personal sin temor a perder parte de su salario, su compromiso y motivación pueden fortalecerse.
En números simples, ocho horas equivalen a un día completo de trabajo al año, que los empleados podrían dividir o usar de una sola vez.
¿Por qué ahora y qué impacto tendría?
La propuesta nace de una discusión más amplia en torno a la calidad de vida de los trabajadores mexicanos. En un país donde las jornadas laborales suelen ser largas y la presión por cumplir objetivos es constante, contar con un espacio legalmente reconocido para atender asuntos personales es un paso simbólico y práctico.
El Congreso de la CDMX sostiene que se trata de garantizar la dignidad humana y reconocer que la vida de los empleados no puede subordinarse por completo al trabajo. Esta idea conecta con tendencias internacionales, donde cada vez más empresas y legislaciones promueven esquemas de flexibilidad, permisos especiales y bienestar laboral.
Para las empresas, el impacto sería mínimo en términos económicos, pero podría tener un valor alto en la retención de talento, la motivación de los equipos y la reputación corporativa.
Comparación con otros derechos laborales recientes
La reforma se sumaría a una serie de avances en la legislación laboral mexicana. En los últimos años, se aprobaron cambios como la reducción de la jornada laboral semanal y la ampliación de días de vacaciones. Ahora, las horas personales se presentan como un complemento que atiende las necesidades más humanas del día a día.
Aunque de momento es solo una iniciativa en el Congreso capitalino, el hecho de que se discuta abre la puerta a que este derecho pueda extenderse a nivel federal.
Lo que falta por definir
Todavía quedan varias preguntas en el aire. Por ejemplo, cómo se registrarán esas horas, si podrán acumularse, si serán obligatorias para todas las empresas y cómo se garantizará que los empleadores no presionen a sus trabajadores para no usarlas.
El reto será diseñar un esquema que realmente funcione en la práctica, sin burocracia excesiva ni resistencias que lo hagan poco aplicable.
¿Qué son las horas personales remuneradas?
Son hasta ocho horas al año, pagadas por el empleador, que los trabajadores podrían usar para atender asuntos personales o familiares sin que se descuente de su salario.
¿A quiénes aplicaría esta medida?
La propuesta busca que aplique a todos los trabajadores formales en México, independientemente de su sector o nivel salarial.
¿Las horas personales se acumulan si no las uso?
Hasta ahora la iniciativa no aclara este punto. Se discutiría en el Congreso si podrían acumularse o si deben utilizarse dentro del mismo año.
¿Cómo beneficiaría a los trabajadores?
Les daría mayor tranquilidad para atender asuntos personales sin arriesgar parte de su salario ni su estabilidad laboral.
¿Qué impacto tendría en las empresas?
El costo económico sería bajo, pero podría tener un impacto positivo en el bienestar, la motivación y la lealtad de los trabajadores hacia sus empleadores. Acerca de la autora: Itzel Navarrete es periodista financiera apasionada por el poder de las palabras y la creatividad; escribe todos los días en DeDinero de El Universal.