A un año de que ruede el balón en la Copa Mundial FIFA 2026, la emoción crece en México, uno de los tres países anfitriones junto a Estados Unidos y Canadá.
En total, México será sede de partidos distribuidos en tres estadios: el Estadio Azteca en la Ciudad de México, el Estadio Akron en Guadalajara y el Estadio BBVA en Monterrey. Y aunque aún no se definen los enfrentamientos, la demanda por estar presente en alguno de estos encuentros ya se perfila como histórica.
La FIFA publicó un esquema de precios oficial dividido por fases del torneo, categorías de asientos y ubicación geográfica.
Para México, los boletos estarán disponibles en cuatro categorías, siendo la categoría 1 la más cara y la 4 la más económica.
Aunque los precios aún no han sido confirmados, se especula que en México los precios podrían comenzar desde los $220 pesos mexicanos para la categoría 4 durante los partidos inaugurales, lo que representa una opción relativamente accesible para miles de aficionados locales. Sin embargo, conforme avanza el torneo, los precios suben significativamente.
Si bien existe una opción económica para los residentes nacionales, el incremento de precios en las etapas más avanzadas podría ser un obstáculo. Esto convierte la experiencia mundialista en un lujo que muchos deberán planear con anticipación.
Y aunque existe una política de precios especiales para mexicanos en la categoría 4, el número de entradas disponibles en ese rango será limitado.
La FIFA ha indicado que la venta de boletos se realizará a través de su sitio oficial, en una plataforma de solicitud previa en donde los aficionados podrán registrarse para obtener una oportunidad de compra.
Se prevé que esta fase inicie en la segunda mitad de 2025, por lo que se recomienda a los interesados estar pendientes de las redes sociales oficiales del torneo y de la FIFA, ya que no habrá venta física ni en taquillas.
Para muchos, la Copa del Mundo es un evento único en la vida, y si se considera que México no será sede de otro Mundial al menos en las próximas décadas, el gasto puede verse como una inversión en una experiencia irrepetible.
A nivel económico, el evento también se traduce en una derrama millonaria para las ciudades sede, impulsando empleos temporales, turismo, comercio y servicios, pero también implicará costos en infraestructura, movilidad y seguridad pública.
El Mundial 2026 en México promete ser una celebración sin precedentes, pero también un reto económico para las familias que buscan formar parte de él. Si tu sueño es gritar un gol en el Estadio Azteca o vivir el ambiente mundialista en Guadalajara o Monterrey, lo ideal es comenzar a planear desde ahora y considerar opciones como boletos en categoría 4 o partidos de fase de grupos.
El evento dejará huella no solo en la cancha, sino también en la economía de los asistentes y del país. Porque asistir al Mundial no solo es cuestión de pasión, también es una decisión financiera.