El Estadio Azteca no solo es un lugar de fútbol, es un símbolo de la cultura mexicana. Desde que abrió sus puertas en 1966 ha sido escenario de mundiales, finales históricas y conciertos memorables.
Sin embargo, para recibir el Mundial de 2026, la FIFA puso la vara alta: el inmueble tenía que modernizarse para cumplir con estándares internacionales. Así comenzó una remodelación ambiciosa que cambió tanto su interior como su nombre.
De acuerdo con cifras oficiales publicadas por El CEO y ESPN, la inversión destinada a la remodelación del Estadio Azteca ronda los 1,500 millones de pesos.
Esta cifra se destinó a mejorar la infraestructura general, aumentar la seguridad y renovar servicios como palcos, accesos, estacionamiento y áreas para medios de comunicación.
El objetivo es convertir al Coloso de Santa Úrsula en un recinto de nivel mundial que pudiera cumplir con los requisitos de FIFA y ofrecer a los aficionados una experiencia más cómoda y moderna.
Además, se hicieron mejoras en la accesibilidad, con espacios adecuados para personas con discapacidad y tecnología que permita un mejor control de ingreso y salida de asistentes.
Uno de los aspectos más llamativos de la transformación del Azteca fue el cambio de nombre. Ahora el recinto llevará el nombre de Estadio Banorte, tras un acuerdo millonario de patrocinio con el banco mexicano.
Según ESPN, Banorte no solo consiguió poner su marca en el estadio más emblemático del país, también otorgó un préstamo clave para financiar la remodelación.
Este tipo de acuerdos, conocidos como naming rights, son comunes en el deporte internacional, pero no tan frecuentes en México. En este caso, permitió que la administración del estadio asegurara los recursos necesarios para cumplir con las exigencias del Mundial sin comprometer del todo sus finanzas.
Invertir más de 1,500 millones de pesos en un estadio podría parecer un gasto excesivo, pero los beneficios esperados son considerables. El Mundial 2026 traerá millones de turistas y una derrama económica histórica para México, y el Estadio Banorte será uno de los principales escaparates del país.
Además, el patrocinio de Banorte y los ingresos futuros por eventos deportivos, conciertos y actividades privadas buscan asegurar un retorno de inversión en el mediano plazo.
Al final, la remodelación no solo es un gasto, sino una apuesta estratégica para mantener vigente al recinto deportivo más importante de México.
Se destinaron alrededor de 1,500 millones de pesos en mejoras de infraestructura, accesos, palcos, estacionamiento y servicios generales.
El cambio se debe a un acuerdo de patrocinio en el que Banorte otorgó un préstamo millonario a cambio de los derechos de nombre del estadio.
Se modernizaron palcos, zonas de hospitalidad, espacios para prensa y áreas de accesibilidad, además de actualizaciones en tecnología de seguridad y acústica.
Se prevé una importante derrama económica con el Mundial 2026, además de mayores ingresos por eventos deportivos y culturales que mantendrán activo al estadio en los próximos años.
Según reportes, las obras estarán finalizadas antes del inicio del Mundial 2026, con el inmueble ya en condiciones para albergar partidos y eventos internacionales. Acerca de la autora: Itzel Navarrete es una comunicóloga apasionada por el poder de las palabras y la creatividad; escribe sobre finanzas personales en DeDinero.