Su historia se remonta a los años noventa, cuando México enfrentaba una crisis que cimbró a la banca y a millones de familias. En aquel contexto, se volvió evidente que el sistema financiero necesitaba un organismo capaz de reunir información clara, confiable y completa sobre el de las personas y las empresas.

Fue así que el 16 de agosto de 1995, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público autorizó la constitución y operación del Buró de Crédito como Sociedad de Información Crediticia. La resolución se publicó poco después en el , marcando el inicio de una nueva etapa para la banca mexicana.

La historia de Buró de Crédito (Foto: Canva)
La historia de Buró de Crédito (Foto: Canva)

Los primeros pasos del Buró de Crédito

En sus inicios, el Buró de Crédito se conformó con : Trans Union de México, S.A., dedicada a atender a las personas físicas, y Dun & Bradstreet, S.A., enfocada en personas morales.

Esta estructura permitía abarcar de manera integral tanto a individuos como a compañías, respondiendo a la necesidad de un sistema de confianza que diera certeza a las operaciones de crédito.

El objetivo era que bancos, casas comerciales y otras instituciones financieras tuvieran una referencia para saber con quién estaban tratando, reduciendo riesgos y promoviendo la estabilidad del sistema.

Al mismo tiempo, los ciudadanos comenzaban a construir su “historia financiera” y a entender que cumplir con sus pagos abriría puertas a mejores créditos y oportunidades.

Aunque al principio generaba desconfianza, con el tiempo el Buró de Crédito se consolidó como una herramienta indispensable tanto para quienes prestan dinero como para quienes lo solicitan.

Hoy es difícil imaginar un crédito hipotecario, un préstamo automotriz o incluso una tarjeta de crédito sin que antes se consulte el historial del solicitante.

El Buró no es una lista negra, como muchos creen, sino un registro histórico de cómo una persona o empresa ha manejado sus compromisos financieros. Tener un buen historial es sinónimo de confianza, mientras que los atrasos y deudas reflejados pueden cerrar la puerta a nuevos créditos.

Más que números, una herramienta de confianza

La relevancia del Buró de Crédito radica en que funciona como un puente entre las instituciones y los usuarios. Por un lado, las entidades financieras cuentan con información que les permite evaluar riesgos de manera objetiva. Por otro, los usuarios tienen la oportunidad de construir una reputación positiva que les abra la puerta a mejores condiciones de financiamiento.

Hoy, con 30 años de operación, el Buró no sólo guarda datos: contribuye directamente al crecimiento del crédito en México, fomenta la inclusión financiera y permite que más personas tengan acceso a productos que antes parecían lejanos. Acerca de la autora: Itzel Navarrete es una comunicóloga apasionada por el poder de las palabras y la creatividad; escribe sobre finanzas personales en DeDinero.

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