La emoción por el futbol está a flor de piel en México, y no es para menos. El país será una de las sedes de la Copa Mundial de la FIFA 2026, compartiendo la organización con Estados Unidos y Canadá.
Con partidos programados en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, se espera que este evento no solo encienda la pasión de los aficionados, sino que también impulse significativamente la economía nacional.
Según estimaciones de The Boston Consulting Group, México podría recibir una derrama económica de hasta mil 860 millones de dólares gracias al Mundial. Esta cifra incluye ingresos por hospedaje, consumo de espectadores y renta de estadios.
Cada ciudad sede podría beneficiarse con entre 160 y 620 millones de dólares, dependiendo de los partidos y la afluencia de turistas.

Los elementos más importantes: El Estadio Azteca, el Akron y el BBVA
El Estadio Azteca, en la Ciudad de México, se convertirá en el primero en albergar tres ediciones de la Copa Mundial, sumándose a su rica historia futbolística.
Guadalajara y Monterrey también se preparan para recibir a miles de aficionados en los estadios Akron y BBVA, respectivamente. Estas ciudades no solo serán el epicentro del fútbol, sino también de una serie de actividades económicas que podrían revitalizar sectores como el turismo, la hostelería y el comercio local.
Sin embargo, no todo es celebración
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advierte sobre los riesgos de no planificar adecuadamente las inversiones relacionadas con el evento.
Experiencias pasadas, como la construcción del Estadio Nacional en Brasil para el Mundial 2014, que ahora funciona como estacionamiento, sirven como lecciones sobre la importancia de evitar infraestructuras que se conviertan en elefantes blancos.
En este sentido, México ha optado por utilizar estadios existentes, lo que podría minimizar el riesgo de inversiones innecesarias.
No obstante, se requieren mejoras en infraestructura, transporte y servicios públicos para garantizar una experiencia positiva tanto para los visitantes como para los residentes locales.
La modernización del Estadio Azteca, por ejemplo, está estimada en 150 millones de dólares.
Infraestructura para el desarrollo económico
Es crucial que las autoridades federales, estatales y municipales trabajen en conjunto para desarrollar políticas públicas que maximicen los beneficios del Mundial.
Esto incluye la mejora de la conectividad aérea, el fortalecimiento del transporte público y la garantía de seguridad en las ciudades sede.
Sin una estrategia integral, los beneficios económicos podrían ser temporales y no traducirse en un crecimiento sostenido para el país.
El Mundial 2026 representa una oportunidad única para México de mostrar su capacidad organizativa y hospitalidad al mundo, al tiempo que impulsa su economía.
Sin embargo, el éxito dependerá de la planificación y ejecución de estrategias que aseguren beneficios a largo plazo. Es momento de que México juegue en equipo, no solo en la cancha, sino también en la gestión y aprovechamiento de este magno evento.