Iniciar un negocio no es tarea fácil y si a eso se le suma la dinámica emocional de una relación sentimental, la ecuación puede parecer demasiado riesgosa. Sin embargo, muchas parejas en México y en el mundo han demostrado que sí es posible mezclar amor y negocios con buenos resultados, tanto personales como económicos.
Y es que cuando ambos miembros de una relación comparten sueños, valores y una visión de futuro, trabajar juntos en un proyecto puede ser tan natural como compartir un hogar. No obstante, también implica el doble de compromiso, ya que no solo está en juego el éxito del negocio, sino también la estabilidad de la relación. La clave está en establecer acuerdos claros desde el inicio.
La reconocida empresa de confitería jalisciense, Dulces de la Rosa, inició sus operaciones en 1942. Fue fundada por Jesús Michel González y su esposa Elvira Velasco Rolón, quienes comenzaron elaborando dulces de forma artesanal.
Hoy, la compañía sigue siendo un negocio familiar, dirigido por Enrique Michel Velasco, uno de los hijos de los fundadores. La empresa emplea a más de 2 mil 500 personas y se dedica a la fabricación y exportación de una amplia gama de productos, incluyendo golosinas, chocolates y sus icónicos y famosos mazapanes.
Hay beneficios como la confianza total, el conocimiento profundo del otro, la sincronía en horarios y prioridades, y la posibilidad de apoyarse emocionalmente en momentos de crisis. En un entorno donde la incertidumbre es constante, tener a tu lado a alguien que comparte tus mismos objetivos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Las parejas que deciden emprender juntas enfrentan retos únicos, como la dificultad para desconectarse del trabajo, la sobreexposición a la rutina compartida y la posibilidad de que los problemas laborales se trasladen al ámbito personal. Se tienen que establecer límites claros, como horarios definidos para hablar de negocios, separar los espacios de trabajo en casa y, sobre todo, priorizar siempre el respeto y la comunicación.
Otra recomendación clave es dejar constancia legal de los acuerdos de la empresa, incluso si hay confianza plena. Un contrato entre socios que establezca derechos, obligaciones y planes en caso de disolución no solo protege a ambas partes, sino que también previene conflictos en el futuro. El amor puede ser muy fuerte, pero no reemplaza la necesidad de formalidad cuando de negocios se trata.
Se requiere un alto nivel de madurez emocional, habilidades complementarias y una visión de negocios compartida. Como resumen, el emprendimiento en pareja no es una receta mágica ni una solución para todos, pero sí puede ser una oportunidad poderosa cuando ambos están alineados en valores, metas y formas de trabajo.