Cuando escuchamos hablar de la , lo primero que nos viene a la mente son toneladas de frutas y verduras amontonadas en cajas, entre gritos de marchantes y carretillas que van y vienen sin descanso.

Pero este lugar es mucho más que un simple mercado: es el epicentro comercial más grande de México y, según la , el más grande del mundo en su tipo, con más de 90 mil personas trabajando diariamente para que los alimentos lleguen frescos y a buen precio a nuestras mesas.

Cosas que puedes encontrar en la Central de Abasto (Foto: Cuartoscuro)
Cosas que puedes encontrar en la Central de Abasto (Foto: Cuartoscuro)

¿Dónde se ubica la Central de Abasto en CDMX?

Ubicada en la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México y extendiéndose sobre más de 327 hectáreas, la Central está dividida en nueve grandes zonas de actividad que, aunque funcionan bajo el mismo techo, tienen identidades comerciales muy distintas. Cada una refleja no sólo los hábitos de consumo de millones de mexicanos, sino también la riqueza productiva del país.

Dirección: Av. Río Churubusco s/n, CEDA, Iztapalapa, 09819 Ciudad de México, CDMX

Frutas y hortalizas

En el sector de frutas y hortalizas, por ejemplo, se comercializan productos que vienen desde campos de Sinaloa hasta huertos en Veracruz.

Aquí se mueven diariamente más de 30 mil toneladas de alimentos, lo que representa el 80% del volumen total de ventas del recinto. Entre las estrellas del lugar están:

  • El jitomate saladette.
  • La cebolla.
  • El plátano.
  • La papa.
  • Chile serrano.
  • Entre muchos más.

Son productos que no faltan en ninguna cocina y que en este mercado encuentran una segunda vida antes de llegar al hogar.

Abarrotes y víveres

Si avanzas unas cuadras dentro del mismo complejo, la Central cambia de cara: entras al sector de abarrotes y víveres, donde encuentras:

  • Papel higiénico.
  • Galletas.
  • Cereales.
  • Conservas.
  • Artículos de limpieza.
  • Entre muchos más.

Este espacio abastece a miles de tienditas, fondas, comedores industriales y hogares, convirtiéndose en el motor silencioso de la economía informal y de subsistencia. Aquí, los precios bajos y la compra por volumen son el principal atractivo.

Carnes y aves ¡Pura proteína!

La Central también es hogar del sector cárnico y avícola, donde diariamente se comercializan:

  • Cortes de res.
  • Cerdo.
  • Pollo.
  • Pescado fresco.
  • Entre muchos más.

Estos productos siguen estrictos protocolos de higiene y refrigeración, y su demanda crece especialmente en temporadas altas como diciembre o Semana Santa. A pesar de las complejidades logísticas, este sector se mantiene dinámico y altamente competitivo.

Flores y hortalizas ornamentales

La sorpresa viene cuando descubres que incluso hay un sector especializado en flores y hortalizas ornamentales, donde se pueden comprar desde rosas hasta plantas exóticas por mayoreo.

También hay áreas destinadas al comercio de envases vacíos, perecederos refrigerados, deshidratados e incluso electrodomésticos, lo que convierte a la Central en una especie de centro comercial industrial, sin escaparates pero con un pulso comercial inigualable.

Según datos de la FICEDA (Fideicomiso para la Construcción y Operación de la Central de Abasto), este complejo recibe diariamente a más de 300 mil personas, entre compradores minoristas, mayoristas, transportistas y trabajadores.

Se calcula que el 80% de los hogares en la Zona Metropolitana del Valle de México consumen productos que pasaron por la Central, lo que revela su impacto masivo y transversal en la economía urbana.

Este coloso comercial es clave para la estabilidad de precios

Su alta rotación de mercancías permite mantener costos competitivos frente a supermercados. También funge como termómetro del comportamiento económico, pues una baja o alza en las ventas puede anticipar fenómenos más amplios, como inflación, escasez o problemas logísticos a nivel nacional.

Visitar la Central de Abasto es un recorrido por la cadena de valor del campo mexicano, pero también es una experiencia profundamente humana. Ahí se entrelazan las historias de agricultores, comerciantes, familias enteras que madrugan para mover mercancía, y jóvenes que heredan el puesto de sus padres.

Hay quienes viajan desde otros estados para surtirse y quienes llevan décadas sobreviviendo entre sus pasillos con el mismo entusiasmo del primer día.

Google News

TEMAS RELACIONADOS