Parece chiste pero fue real: el nombre del escritor Juan Rulfo, autor de Pedro Páramo y fallecido en 1986, apareció esta semana como titular de un recibo de teléfono por una supuesta deuda con Telmex.
Sí, así como lo lees, casi 40 años después de su muerte, su nombre aún tenía registrado una línea telefónica que, al dejar de pagarse, habría derivado en un posible reporte al Buró de Crédito.
Todo comenzó cuando la usuaria @Fer_Caso, periodista identificada como Fernanda Caso, compartió en redes sociales una imagen del recibo de Telmex a nombre del escritor.
El servicio no se pagó, por lo que Telmex comenzó el proceso para reportar la deuda. Sin embargo, lo que más llamó la atención es que, aparentemente, la empresa no verificó la identidad del contratante, ya que se trataba de un nombre ampliamente conocido y de dominio público.
Aunque en este caso se trate de un personaje fallecido, lo que le ocurrió a Juan Rulfo puede pasarle a cualquier persona viva y de carne y hueso, especialmente si no está al tanto de sus estados de cuenta o si alguien más utiliza su nombre o sus datos para contratar servicios.
Una vez que una empresa reporta un adeudo al Buró de Crédito, el historial crediticio del afectado se ve comprometido, lo cual puede afectar gravemente su capacidad para solicitar préstamos, créditos personales, hipotecarios, automotrices o incluso adquirir servicios básicos como internet o telefonía celular.
Además, salir del Buró no es tan fácil como pagar y ya. Aún liquidando la deuda, el historial permanece visible por años, afectando el score crediticio del usuario, lo cual representa una enorme carga financiera, sobre todo si el adeudo fue injustificado o resultado de un fraude de identidad.
La publicación de Fernanda Caso desató una ola de comentarios irónicos que mezclaron literatura, burocracia y memes. Algunos usuarios bromeaban con que Telmex intentaba comunicarse con el más allá o que estaban intentando cobrarle al propio Pedro Páramo.
Otros, más serios, señalaron que si eso le pasaba a una figura tan reconocida como Rulfo, ¿qué podrían esperar los ciudadanos comunes?
Todo esto ha puesto en evidencia lo urgente que es reforzar la protección de datos personales y exigir más responsabilidad a las empresas que reportan deudas a instituciones crediticias.
El caso se soluciono gracias a que Telmex se puso en contacto con Fernanda y sus familiares y pagaron $2,666 pesos y así, el espíritu de Juan Rulfo ya no irá a Buró de Crédito y sus familiares podrán tener sus papeles en regla.
Este episodio debe servirnos como una llamada de atención. Aunque la historia de Juan Rulfo suene increíble, los fraudes de identidad están a la orden del día. Por eso, es clave seguir estos consejos:
Claro que sí. Cualquier persona cuyos datos sean utilizados de forma indebida puede enfrentar este tipo de fraudes. Por eso es vital monitorear el Buró de Crédito.
Aunque no ha dado postura oficial, se espera que Telmex investigue el caso y refuerce sus sistemas de validación para evitar más deudas fantasma. La confianza del consumidor también depende de cómo actúe ahora.
Debes presentar una reclamación directamente con la empresa que te reportó y, si no obtienes respuesta, acudir a la CONDUSEF o al INAI. También puedes solicitar una revisión ante el Buró de Crédito para limpiar tu historial. Itzel Navarrete es una comunicóloga apasionada por el poder de las palabras y la creatividad. Escribe sobre finanzas personales en DeDinero.